¿Qué le espera a Ecuador tras la ola de violencia de las últimas semanas?
Desde hace varias semanas, Ecuador está sumido en un contexto de violencia desbordada provocada por bandas criminales, que han puesto en jaque la gobernabilidad del recién electo mandatario, Daniel Noboa.
Tal ha es la gravedad de la situación, que el país suramericano optó por pedir apoyo al gobierno estadounidense de Joe Biden, el cual anunció el envío de una comitiva de funcionarios para acelerar la cooperación en seguridad.
Como señalan los expertos, la crisis en Ecuador ha sido una consecuencia de la fuerte expansión que ha tenido el narcotráfico en la Nación, que ha logrado sofisticar los grupos criminales organizados en el país.
Los principales grupos criminales también tienen vínculos con fuertes con carteles mexicanos y grupos colombianos y brasileños, lo cual ha contribuido a fortalecer sus capacidades.
“Los intereses criminales de estos grupos seguirán siendo el principal impulsor de la violencia en los próximos meses. La intención y las capacidades de estos grupos para buscar ingresos ilegales, principalmente a través del tráfico de drogas y armas, la extorsión y el lavado de dinero, seguirán siendo elevadas”, anotó Theodore Kahn, director para la Región Andina de Control Risks.
Para el analista, a esto se suma que “el exceso de oferta de cocaína en Colombia continuará inundando a Ecuador con drogas y promoviendo empresas criminales altamente lucrativas en este país”.
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La capacidad de Noboa de responder a la crisis de seguridad marcará su periodo extraordinario de 16 meses y determinará en gran parte sus perspectivas para reelegirse en 2025.
Sin embargo -apunta Kahn- “el presidente, un recién llegado a la política, carece de astucia política y enfrenta graves desafíos de gobernanza, así como serias limitaciones fiscales. No tiene aún una estrategia de seguridad clara, holística y adaptada para prevenir, enjuiciar y sancionar la violencia y las actividades criminales. Así las cosas, veo poco probable que logre un progreso sustancial en cuenta a la crisis de seguridad sin precedentes”.
La relevancia de la cooperación internacional
Desde el 8 de enero, el presidente Noboa declaró estado de excepción en el país ante la violencia nacional. La capacidad de fuerza y los recursos se han visto limitados y por eso en este contexto la ayuda internacional se convierte en un pilar fundamental para Ecuador.
El ‘Plan Fénix’, que el mandatario viene anunciando para combatir este frente de inseguridad y violencia, costaría por lo menos US$800 millones. En él se contempla armamento para las fuerzas de seguridad, nuevas y modernizadas prisiones, estrategias de vigilancia en aeropuertos y puertos, junto a la creación de una nueva unidad de inteligencia.
“Hay que avanzar en muchas frentes, pero es evidente de la falta de capacidades y altos niveles de corrupción en la justicia y la Policía ha minado los esfuerzos para combatir estos grupos. En este sentido, los planes de Noboa de reforma el sector va en el sentido correcto, pero será muy difícil llevar a cabo una reforma integral en el corto plazo”, anotó el experto de Control Risk.
Agregó que “en las fuerzas de seguridad, hace falta mejor inteligencia táctica y estratégica, entonces fortalecer las capacidades en esta área sería otra prioridad. La cooperación internacional puede jugar un rol importante en este sentido”.
Tanto Estados Unidos, como Argentina, ya han anunciado ayudas a Ecuador, con el despliegue de fuerzas de seguridad, algo que Noboa ha respaldado indicando que “No es momento de ego o vanidad, de decir no, vamos a proteger nuestra soberanía”.
