Fitch: Dos tercios de países latinoamericanos aumentarán cargas de deuda en 2020
El brote de coronavirus (Covid-19) ha agregado riesgos a la baja para las perspectivas económicas de América Latina en 2020.
Esto, justo cuando los países en la región ya enfrentaban múltiples desafíos debido a una lenta recuperación, dificultad para consolidar las cuentas fiscales, estabilizar las cargas de la deuda pública y apaciguar los disturbios sociales, comentó Fitch Ratings.
La confluencia de los riesgos económicos, fiscales y políticos —según la firma— continúa afectando las perspectivas de calificación, con siete países en perspectiva negativa versus solo uno en positivo, a pesar de 13 rebajas en 2017-2019.
“Incluso antes de la propagación internacional del coronavirus, era probable que América Latina se enfrentase a desafíos macroeconómicos, fiscales y políticos de amplia base este año”, anotó la calificadora.
“Nuestro caso base —continuó el análisis— ha sido una recuperación leve en 2020, después de que el PIB real regional (excluyendo Venezuela) se expandiera por debajo del 1% en 2019.
Sin embargo, desde el punto de vista de Fitch Ratings, el repentino aumento en la incertidumbre global relacionada con el Covid-19 y la volatilidad resultante en los mercados de capitales, monedas y precios de los productos básicos ha incrementado los riesgos sobre las perspectivas de crecimiento.
Muchas economías latinoamericanas, a juicio de la firma, —incluidas Brasil, Perú y Chile— tienen grandes exposiciones comerciales directas a China.
“Además, todos los productores de insumos básicos están indirectamente expuestos como resultado de fuertes caídas en los precios de los metales (Perú, Chile), energía (Bolivia, Colombia, Ecuador y México) y productos agrícolas (Argentina, Brasil)”, enfatizó.
Fitch precisó que espera que dos tercios de los países latinoamericanos bajo su calificación experimenten un aumento en sus cargas de deuda este año, que es un factor principal detrás de muchas de las perspectivas negativas en la región.
Además, argumentó que la lenta recuperación económica y los precios de los productos básicos más débiles de lo esperado reducirán aún más la maniobrabilidad fiscal, lo que dificultará la consolidación.
La depreciación de la moneda, mencionó Fitch, y el mayor potencial de deslizamiento fiscal debido a una posible desaceleración del crecimiento mundial desafiarán aún más la estabilización de la deuda.
Los disturbios políticos y sociales se sumarán a la presión bajista para el crecimiento de la región y los desafíos fiscales.
“Los disturbios observados en varios países de la región en 2019 —subrayó el texto analítico—podrían persistir en 2020, especialmente en un período prolongado de crecimiento débil”.
“Una posible recesión podría aumentar esta insatisfacción social, que a su vez podría socavar aún más las perspectivas de crecimiento”, concluyó la firma.
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