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Impuestos a bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados en Colombia: este es el debate

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Este jueves 21 de julio el ministro de Hacienda entrante de Colombia, José Antonio Ocampo, se refirió a los impuestos saludables que harán parte de la nueva reforma tributaria.

Explicó Ocampo que estos dos impuestos tendrán que incluirse en el marco del articulado que se espera esté listo una vez se posesione el gobierno del presidente Gustavo Petro.

La idea de imponer más impuestos a las bebidas azucaradas y a los alimentos ultraprocesados suele ser un debate recurrente en el marco de cada presentación de la reforma tributaria.

Y si bien no hay un escenario claro, pues el gobierno entrante aún no tiene un documento para sustentar la propuesta, ya hay sectores del comercio y la producción de este tipo de bienes que aseguran la inconveniencia de imponer más tributos.

Recomendado: Ocampo: impuestos a bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados irán en tributaria de Colombia

El debate se divide en dos frentes: el que va del lado de la salud pública y el que propende por el cuidado a los empresarios (productores, distribuidores y comerciantes), así como la afectación para el bolsillo del consumidor.

El impacto a la salud pública

Partiendo del postulado de que el Estado debe propender por cuidar la salud de sus ciudadanos, tarea que la que cae al gobierno nacional y regional, la idea de quienes promueven los impuestos a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados es justamente prevenir enfermedades como la diabetes y, en algunos casos, el aumento de la tasa de mortalidad.

Un estudio de la Universidad del Valle da cuenta de que el “consumo de bebidas azucaradas se evidencia un aumento en la prevalencia de sobrepeso en 4,8 de cada 100 adultos. Esta observación se ha presentado tanto en países de alto ingreso como en países de bajo y mediano ingreso”.

Agrega el informe que, a nivel mundial, se ha observado un incremento progresivo del sobrepeso y la diabetes en los últimos 20 años, “siendo el consumo de bebidas azucaradas uno de los factores favorecedores de este aumento”.

Justamente bajo este último postulado es que funcionarios como Carolina Corcho, ministra de Salud del gobierno entrante, han asegurado que la discusión de este tipo de impuestos saludables debe ser clave en el marco de la reforma tributaria.

La abogada Adriana Torres, a través del portal De Justicia, recuerda cuáles han sido, en términos de efectos tributarios en el marco de anteriores iniciativas.

Explica la abogada que, durante 2018, hubo un hito para la entrada en funcionamiento de este tipo de impuestos en el país: se consiguió que las bebidas endulzadas respondieran por un impuesto plurifásico en el marco del IVA; es decir: que el tributo tenía que asumirse en las etapas de producción y comercialización.

Destacado: Progresividad en impuestos saludables: lo que prevé la nueva tributaria en Colombia

“No obstante, dicha medida no estuvo orientada a desincentivar el consumo y respondió más que todo a fines recaudatorios. El IVA plurifásico llevó a que el impuesto se cobrara en todos los eslabones de la cadena de producción y ventas de las bebidas endulzadas, de modo que distintos proveedores, mayoristas y distribuidores tuvieron que pagar el IVA”, agrega la experta.

Datos de la analista demuestran que, con el impuesto, se recaudaron $910.000 millones, haciendo la salvedad de que la medida no afectó sustancialmente el precio que debían pagar los consumidores.

“En el año 2020 se propuso un gravamen del 20 % a las bebidas endulzadas, lo cual permitiría un recaudo de $2,5 billones que se pensaba podían ser destinados a financiar el déficit del sector salud. A pesar de ello, la propuesta no logró la aprobación en el Congreso”, puntualiza Torres.

Ahora, vale mencionar que el más reciente intento en ese sentido se llevó a cabo en 2021 con la aplicación de una tarifa de forma gradual por tres años a las bebidas azucaradas, el impuesto sería progresivo, empezando 2022 con el 15 %, en el 2023 un 20 % y para el 2024 un 25 %: la iniciativa se cayó en las comisiones económicas.

El golpe a los precios 

Del lado de los empresarios, en las anteriores propuestas sobre las bebidas azucaradas se argumentaba una afectación a los empresarios productores, distribuidores y comerciantes en Colombia.

Los aumentos en los costos de producción hacen que, como efecto dominó, se vea un encarecimiento generalizado para este tipo de bienes que son consumidos por todos los segmentos socioeconómicos del país.

Lo anterior habría que analizarlo desde dos frentes extra: de un lado, la producción del sector de los alimentos se ha visto más afectada por los recientes picos de inflación, al tiempo que el mercado laboral se mantiene resentido tras los efectos de la pandemia del Covid-19.

Para el caso de la inflación, de acuerdo con datos del DANE, solamente para los precios de los azúcares y endulzantes la inflación anual, con corte a junio de 2022, deja una variación del 16,77 %. Hay que hacer la salvedad de que habría que incluir también a otros rubros ya procesados con azúcares como las gelatinas (crecen 6,13 %), los helados (repuntan 10,17 %) o productos como el chocolate y derivados (que han aumentado 12,35 %), de los cuales también se producen bebidas.

Mientras que, por poner un ejemplo, del lado de los procesados, precocidos y preparados, el DANE da cuenta de que la inflación para ese rubro aumenta un 12,44 %.

El punto está en que la gran mayoría de estos precios está por encima del promedio de inflación anual para el sexto mes del 2022, que fue del 9,67 %. Es decir, en caso de ver un aumento a los precios de estos bienes, tanto productores como consumidores ya vienen asumiendo un costo extra. Aunque la inflación para los alimentos, hay que recordar, estaría llegando a su techo, según mencionó el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar.

Esto último habría también que debatirlo sobre la base de que, según el entrante director de la DIAN, Luis Carlos Reyes, y también de acuerdo con Ocampo, la reforma tributaria que llegaría a Colombia no afectaría a aquellos que recibieran menos de $10 millones al mes. Por lo que habrá que esperar la estructura final con la que se plantee este gravamen.

Con todo y esto, el ministro de Hacienda entrante aseguró que el termómetro para el impuesto a las bebidas azucaradas será medido desde el lado social y la conformidad de las clases populares por la imposición de este tipo de impuestos.

Este jueves 21 de julio el ministro de Hacienda entrante de Colombia, José Antonio Ocampo, se refirió a los impuestos saludables que harán parte de la nueva reforma tributaria.

Explicó Ocampo que estos dos impuestos tendrán que incluirse en el marco del articulado que se espera esté listo una vez se posesione el gobierno del presidente Gustavo Petro.

La idea de imponer más impuestos a las bebidas azucaradas y a los alimentos ultraprocesados suele ser un debate recurrente en el marco de cada presentación de la reforma tributaria.

Y si bien no hay un escenario claro, pues el gobierno entrante aún no tiene un documento para sustentar la propuesta, ya hay sectores del comercio y la producción de este tipo de bienes que aseguran la inconveniencia de imponer más tributos.

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El debate se divide en dos frentes: el que va del lado de la salud pública y el que propende por el cuidado a los empresarios (productores, distribuidores y comerciantes), así como la afectación para el bolsillo del consumidor.

El impacto a la salud pública

Partiendo del postulado de que el Estado debe propender por cuidar la salud de sus cuidados, tarea que la que cae al gobierno nacional y regional, la idea de quienes promueven los impuestos a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados es justamente prevenir enfermados como la diabetes y, en algunos casos, el aumento de la tasa de mortalidad.

Un estudio de la Universidad del Valle da cuenta de que el “consumo de bebidas azucaradas se evidencia un aumento en la prevalencia de sobrepeso en 4,8 de cada 100 adultos. Esta observación se ha presentado tanto en países de alto ingreso como en países de bajo y mediano ingreso”.

Agrega el informe que, a nivel mundial, se ha observado un incremento progresivo del sobrepeso y la diabetes en los últimos 20 años, “siendo el consumo de bebidas azucaradas uno de los factores favorecedores de este aumento”.

Justamente bajo este último postulado es que funcionarios como Carolina Corcho, ministra de Salud del gobierno entrante, han asegurado que la discusión de este tipo de impuestos saludables debe ser clave en el marco de la reforma tributaria.

La abogada Adriana Torres, a través del portal De Justicia, recuerda cuáles han sido, en términos de efectos tributarios en el marco de anteriores iniciativas.

Explica la abogada que, durante 2018, hubo un hito para la entrada en funcionamiento de este tipo de impuestos en el país: se consiguió que las bebidas endulzadas respondieran por un impuesto plurifásico en el marco del IVA; es decir: que el tributo tenía que asumirse en las etapas de producción y comercialización.

Destacado: Progresividad en impuestos saludables: lo que prevé la nueva tributaria en Colombia

“No obstante, dicha medida no estuvo orientada a desincentivar el consumo y respondió más que todo a fines recaudatorios. El IVA plurifásico llevó a que el impuesto se cobrara en todos los eslabones de la cadena de producción y ventas de las bebidas endulzadas, de modo que distintos proveedores, mayoristas y distribuidores tuvieron que pagar el IVA”, agrega la experta.

Datos de la analista demuestran que, con el impuesto, se recaudaron $910.000 millones, haciendo la salvedad de que la medida no afectó sustancialmente el precio que debían pagar los consumidores.

“En el año 2020 se propuso un gravamen del 20 % a las bebidas endulzadas, lo cual permitiría un recaudo de $2,5 billones que se pensaba podían ser destinados a financiar el déficit del sector salud. A pesar de ello, la propuesta no logró la aprobación en el Congreso”, puntualiza Torres.

Ahora, vale mencionar que el más reciente intento en ese sentido se llevó a cabo en 2021 con la aplicación de una tarifa de forma gradual por tres años a las bebidas azucaradas, el impuesto sería progresivo, empezando 2022 con el 15 %, en el 2023 un 20 % y para el 2024 un 25 %: la iniciativa se cayó en las comisiones económicas.

El golpe a los precios 

Del lado de los empresarios, en las anteriores propuestas sobre las bebidas azucaradas se argumentaba una afectación a los empresarios productores, distribuidores y comerciantes en Colombia.

Los aumentos en los costos de producción hacen que, como efecto dominó, se vea un encarecimiento generalizado para este tipo de bienes que son consumidos por todos los segmentos socioeconómicos del país.

Lo anterior habría que analizarlo desde dos frentes extra: de un lado, la producción del sector de los alimentos se ha visto más afectada por los recientes picos de inflación, al tiempo que el mercado laboral se mantiene resentido tras los efectos de la pandemia del Covid-19.

Para el caso de la inflación, de acuerdo con datos del DANE, solamente para los precios de los azúcares y endulzantes la inflación anual, con corte a junio de 2022, deja una variación del 16,77 %. Hay que hacer la salvedad de que habría que incluir también a otros rubros ya procesados con azúcares como las gelatinas (crecen 6,13 %), los helados (repuntan 10,17 %) o productos como el chocolate y derivados (que han aumentado 12,35 %), de los cuales también se producen bebidas.

Mientras que, por poner un ejemplo, del lado de los procesados, precocidos y preparados, el DANE da cuenta de que la inflación para ese rubro aumenta un 12,44 %.

El punto está en que la gran mayoría de estos precios está por encima del promedio de inflación anual para el sexto mes del 2022, que fue del 9,67 %. Es decir, en caso de ver un aumento a los precios de estos bienes, tanto productores como consumidores ya vienen asumiendo un costo extra. Aunque la inflación para los alimentos, hay que recordar, estaría llegando a su techo, según mencionó el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar.

Esto último habría también que debatirlo sobre la base de que, según el entrante director de la DIAN, Luis Carlos Reyes, y también de acuerdo con Ocampo, la reforma tributaria que llegaría a Colombia no afectaría a aquellos que recibieran menos de $10 millones al mes. Por lo que habrá que esperar la estructura final con la que se plantee este gravamen.

Con todo y esto, el ministro de Hacienda entrante aseguró que el termómetro para el impuesto a las bebidas azucaradas será medido desde el lado social y la conformidad de las clases populares por la imposición de este tipo de impuestos.

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