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Se agrava crisis política y social en Ecuador

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El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, anunció en las últimas horas el traslado de la sede del gobierno de Quito a Guayaquil, en medio de las crecientes protestas en la capital ecuatoriana contra su decisión de eliminar los subsidios de los combustibles.

«He trasladado la sede de Gobierno a esta querida ciudad [Guayaquil], de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen», dijo Moreno en un mensaje televisivo, en el que apareció acompañado del mando militar.

El anuncio coincide con la llegada de miles de miembros de comunidades indígenas a Quito para manifestarse contra la decisión del mandatario sobre los combustibles.

El jueves pasado, Moreno declaró el estado de excepción en todo el país en respuesta a las protestas que habían empezado el martes.

Hasta este lunes, había 477 detenidos como resultado de estos eventos.

«Intento de golpe»

Durante su mensaje del lunes, el mandatario dijo que había un intento de golpe de Estado contra su gobierno.

«Lo que ha sucedido estos días en Ecuador, no es una manifestación social de descontento, frente a una decisión del gobierno (…) En las imágenes es evidente: que los más violentos, aquellos que actúan con la única intención de agredir, dañar, son individuos externos pagados y organizados».

Moreno acusó al venezolano Nicolás Maduro y al expresidente ecuatoriano Rafael Correa de estar detrás de lo ocurrido.

«El sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización, son los corruptos que han sentido los pasos de la justicia cercándolos para que respondan, ellos son quienes están detrás de este intento de golpe de Estado», afirmó.

«Están usando e instrumentalizando a algunos sectores indígenas, aprovechando su movilización para saquear y destruir a su paso. Es con los recursos que se robaron que están financiando las agresiones y los saqueos», agregó.

El movimiento político Compromiso Social, afín a Correa, rechazó en un comunicado las declaraciones del presidente y aseguró que la «movilización no tiene banderas políticas».

«En las calles, han estado estudiantes, maestros, campesinos, indígenas, amas de casa, transportistas, pequeños productores, empleados públicos, comerciantes y el pueblo en general», señaló.

Las medidas de Moreno responden a un acuerdo entre el gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le dio al país acceso a créditos por US$4.209 millones en tres años.

La organización de indígenas dijo que las protestas continuarían hasta que Moreno anule la medida de retirar el subsidio a los combustibles.

Pese a la creciente tensión en las calles, el presidente Lenín Moreno defendió su decisión sobre los combustibles, aunque llamó al diálogo «sincero» a los grupos sociales.

«No voy a dar marcha atrás porque lo correcto no tiene matices (…) La eliminación del subsidio a los combustibles es una decisión histórica, que quita de las manos a los contrabandistas cientos de millones de dólares», aseguró este lunes.

El presidente tomó esta decisión el martes pasado, junto a otras leyes de orden tributario y laboral para reducir el déficit fiscal que enfrenta su gobierno.

«Esta decisión asegura que nuestra economía esté sana y la dolarización protegida. Les aseguro que por duro que parezca, hemos hecho lo correcto por la patria», añadió.

 

 

 

(Con información de BBC)

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