Flujos de extranjeros hacia emergentes (sin China) caerán 30 % este año, pero se estabilizan en 2019

El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por su sigla en inglés) estima que los flujos de capital no residentes hacia los mercados emergentes pasarán de 1,26 billones de dólares en 2017 a 1,14 billones de dólares en 2018 y se mantendrán estables para totalizar 1,13 billones de dólares en 2019.
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Ese retroceso reducirá los flujos un 3,7 % dentro del Producto Interno Bruto (PIB) de los mercados emergentes este año, aún más alto que el promedio entre 2014 y 2017 de 3,4 %.

Sin embargo, ha habido una diferenciación significativa entre los países. En particular, se proyecta que los flujos a China aumentarán a un máximo histórico de 580 mil millones de dólares en 2018, ayudado por un mayor acceso de extranjeros a los mercados internos chinos.
En contraste, el apetito de los inversores por la inversión de cartera en la mayoría de los otros mercados emergentes ha sido moderado. Excluyendo a China, se anticipa que los flujos de capital no residentes a los emergentes serán de alrededor de 560 mil millones de dólares en 2018, cerca de un 30 % menos que en 2017.
La desaceleración de 2018 se debió principalmente a los flujos de deuda de cartera, que se espera que caigan de un máximo histórico desde 330 mil millones de dólares en 2017 hasta 245 mil millones de dólares este año.
Dado que los activos de los emergentes parecen ser cada vez menos importantes, las valoraciones atractivas son un riesgo alcista clave para el escenario base del instituto.
En cuanto a las vulnerabilidades de los emergentes, los desequilibrios fiscales y externos permanecen en el foco, en particular para Argentina, Turquía, India, Sudáfrica, Brasil y Egipto, donde se observará de cerca la respuesta política a condiciones financieras globales más estrictas.
“Si bien las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China parecen ser el principal riesgo a la baja para las perspectivas, las sanciones adicionales de Estados Unidos contra Irán y Rusia también podrían afectar la confianza en el riesgo, tal vez introduciendo una «prima de riesgo de política» en los precios de los emergentes”, señaló.
También dijo que los esfuerzos de China para apoyar la actividad doméstica con políticas expansivas podrían permitir un crecimiento sostenido de la demanda del sector privado, pero ya se encuentra en niveles altos.
Los riesgos a la baja para el crecimiento podrían influir en el apetito de los inversores institucionales por los bonos corporativos y acciones de China.
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